domingo, 24 de abril de 2016


El siguiente articulo es una mirada a las diferencias que se han presentado durante años entre el gobierno y las organizaciones sindicales en Colombia, organizaciones que comenzaron a ser visualizadas por el estado gracias a la devastadora masacre de la bananeras.

¿Enemigos por naturaleza? Sindicalistas y el estado colombiano durante el inicio del siglo XX


“El sindicalismo es producto de la Revolución Industrial; y puede ser definido como una asociación o agrupación formada para la defensa de los intereses económicos y laborales de un grupo de trabajadores asalariados.” [1] Los movimientos sindicales surgen en un lugar laboral, donde existen ciertas irregularidades desfavorecen trabajador. Los primeros movimientos surgen a finales del siglo XIX, no como movimientos organizados, si no como grupos laborales; prosiguen a inicios del siglo XX donde muchos de los movimientos sindicales terminan en represión y masacres perpetuadas por las industrias extranjeras o por el mismo gobierno.
Los movimientos sindicales son una respuesta a los vejámenes, y explotaciones al obrero, un medio de participación política para el trabajador, pero desde la perspectiva del industrial, una amenaza a erradicar. El carácter opuesto de estos dos y que aún, hoy en día se da, se debe a procesos históricos que marcaron el desarrollo del pensamiento obrero.
Los primeros inicios de los movimientos sindicales, aunque poco organizados, surge en 1847, gracias a la creación de la Sociedad de Artesanos de Bogotá, cuyo fin era el de presionar un alza en los impuestos de aduana para que los productos elaborados por ellos pudieran competir en igual de condiciones con los traídos de otros países. Como todos los movimientos sindicales que surgieron en dicha época, terminó con una represión por parte del gobierno de entonces, la cual concluyó después en una guerra civil.
Ya en el siglo XX los movimientos sindicales se habían organizado más, tenían el respaldo de grupos y partidos políticos, los movimientos liberales e izquierdistas, a su vez de un creciente partido comunista, que apoyaba la idea de un cambio necesario e imprescindible en la estructura social y laboral. Las primeras organizaciones sindicales de este siglo, estaban consagradas por campesinos, pero debido a la no existencia de leyes y políticas del Estado (en ese entonces conservador) a favor de las organizaciones laborales y del respaldo de ellas, los movimientos realizados por dichos grupos, tenían poco interés para el gobierno. Las primeras manifestaciones de los trabajadores daban uso al derecho de huelga [2], pero debido a las limitaciones de esta acción, los trabajadores sindicales eran despedidos o en el peor de los casos encarcelados. El periodo transcurrido desde 1919 hasta 1931, donde se estipula por ley el derecho a sindicalizarse, que adelante lo discutiremos, fue llamado “sindicalismo heroico”, debido a la gran represión que existía contra las organizaciones laborales.
Varios fueron los intentos de los trabajadores de respaldar sus derechos y velar por unas mejores condiciones de vida. En 1924 los trabajadores de la Tropical Oil Company [3] entraron en huelga general, para reclamar antes los funcionarios un aumento salarial y unas mejores condiciones laborales. La huelga fue apaciguada y después volvieron a huelga en 1927, terminó de igual manera que la primera, reprimida y sin ningún apoyo del gobierno, que por el contrario, prestó apoyo a la compañía norteamericana. El apoyo del gobierno conservador, fue dado por las políticas que estaban en práctica en ese entonces, la cual respaldaba la inversión extranjera, a pesar de manejar políticas proteccionistas. Este hecho desprestigió al gobierno conservador frente a los trabajadores.
Uno de los hechos que marcó y dio paso al derecho de sindicalizarse, fue en la zona bananera de Santa Marta, la cual fue marcada por una anotación que queda como principal exponente de la lucha sindical. Los trabajadores de la zona buscaban unas mejores condiciones laborales, la llamada “masacre de las bananeras”. Dado que los trabajadores habían entrado en huelga general, el gobierno conservador, del entonces presidente Miguel Abadía Méndez, solo propinaba amenazas a los trabajadores, mientras que el gobernador de Magdalena para solventar dicha situación, propuso una entrevista con los obreros, entrevista que nunca llegó y por el desespero de no conseguir una intervención por parte del gobierno, estalló uno de los hechos más violentos y lamentables del país.
Este suceso recalca la enemistad que enfrentaron a los industriales con los obreros, y que el furor por entrar en una justa reivindicación de los derechos laborales, termina en hechos trágicos, como se vino dando en estos años.
La entrada al poder de Enrique Olaya Herrera, después de 44 años de hegemonía conservadora, dan fruto a políticas enfocadas en otorgar derechos a los movimientos sindicales, así es, que en 1931 con la ley 83, se reconoció por primera vez el derecho a sindicalizarse en Colombia. Esta ley estableció, incompetentemente, un derecho primordial al trabajador. Si bien fue importante para el inicio de reconocimiento de derechos de los sindicatos, aún existía falta de garantías para ejercerlo, y una escasa protección a los trabajadores sindicalizados, esto daba por resultado el despido masivo de trabajadores organizados.
Cabe resumir que esta ley no aspiró mucho a favorecer a los obreros, por lo que a su vez, los integrantes de los movimientos obreros representaban una minoría en el grupo laboral de Colombia. La protección a los sindicalistas en Colombia viene a darse en 1944 y 1945, donde se les otorga una protección legal, en las cuales se puede incluir: el fuero sindical para los fundadores y miembros de las juntas directivas de los sindicatos, la celebración de nuevos contratos de trabajo durante periodos de huelga, y la prohibición del paralelismo sindical dentro de una misma empresa.
Concluyendo lo expuesto, los procesos históricos que han destinado la enemistad entre los sindicatos y el Estado colombiano han sido producto de las defectuosas políticas económicas y sociales, que a su vez se deben a las crisis que atravesó el país debido a ser un Estado mono-exportador [4], las cuales dan un favorecimiento a las industrias extranjeras y un apoyo abnegado a ellas. Si bien, las políticas emprendidas por los gobiernos conservadores dan inicio a dicha enemistad, cabe recalcar, que las fallas legales y las pobres políticas en defensa de los sindicatos y los vacíos legales que se han suscrito a las organizaciones laborales en pro de unas mejoras en la calidad de vida del trabajador, son una brecha que ha generado la violencia entre ellos dos, pues la falta de regulación estatal a las actividades sindicales, la protección y el apoyo de ellas, son el causante de las masacres generadas.


 Tomado de: https://racionalidadltda.wordpress.com
  


HUGO ARMANDO CASTRO ROMERO

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