El siguiente articulo es una
mirada a las diferencias que se han presentado durante años entre el gobierno y
las organizaciones sindicales en Colombia, organizaciones que comenzaron a ser
visualizadas por el estado gracias a la devastadora masacre de la bananeras.
¿Enemigos por naturaleza?
Sindicalistas y el estado colombiano durante el inicio del siglo XX
“El sindicalismo es producto
de la Revolución Industrial; y puede ser definido como una asociación o
agrupación formada para la defensa de los intereses económicos y laborales de
un grupo de trabajadores asalariados.” [1] Los movimientos sindicales surgen en
un lugar laboral, donde existen ciertas irregularidades desfavorecen
trabajador. Los primeros movimientos surgen a finales del siglo XIX, no como
movimientos organizados, si no como grupos laborales; prosiguen a inicios del
siglo XX donde muchos de los movimientos sindicales terminan en represión y
masacres perpetuadas por las industrias extranjeras o por el mismo gobierno.
Los movimientos sindicales
son una respuesta a los vejámenes, y explotaciones al obrero, un medio de
participación política para el trabajador, pero desde la perspectiva del
industrial, una amenaza a erradicar. El carácter opuesto de estos dos y que
aún, hoy en día se da, se debe a procesos históricos que marcaron el desarrollo
del pensamiento obrero.
Los primeros inicios de los
movimientos sindicales, aunque poco organizados, surge en 1847, gracias a la
creación de la Sociedad de Artesanos de Bogotá, cuyo fin era el de presionar un
alza en los impuestos de aduana para que los productos elaborados por ellos
pudieran competir en igual de condiciones con los traídos de otros países. Como
todos los movimientos sindicales que surgieron en dicha época, terminó con una
represión por parte del gobierno de entonces, la cual concluyó después en una
guerra civil.
Ya en el siglo XX los
movimientos sindicales se habían organizado más, tenían el respaldo de grupos y
partidos políticos, los movimientos liberales e izquierdistas, a su vez de un
creciente partido comunista, que apoyaba la idea de un cambio necesario e
imprescindible en la estructura social y laboral. Las primeras organizaciones
sindicales de este siglo, estaban consagradas por campesinos, pero debido a la
no existencia de leyes y políticas del Estado (en ese entonces conservador) a
favor de las organizaciones laborales y del respaldo de ellas, los movimientos
realizados por dichos grupos, tenían poco interés para el gobierno. Las
primeras manifestaciones de los trabajadores daban uso al derecho de huelga
[2], pero debido a las limitaciones de esta acción, los trabajadores sindicales
eran despedidos o en el peor de los casos encarcelados. El periodo transcurrido
desde 1919 hasta 1931, donde se estipula por ley el derecho a sindicalizarse,
que adelante lo discutiremos, fue llamado “sindicalismo heroico”, debido a la
gran represión que existía contra las organizaciones laborales.
Varios fueron los intentos
de los trabajadores de respaldar sus derechos y velar por unas mejores
condiciones de vida. En 1924 los trabajadores de la Tropical Oil Company [3]
entraron en huelga general, para reclamar antes los funcionarios un aumento
salarial y unas mejores condiciones laborales. La huelga fue apaciguada y
después volvieron a huelga en 1927, terminó de igual manera que la primera,
reprimida y sin ningún apoyo del gobierno, que por el contrario, prestó apoyo a
la compañía norteamericana. El apoyo del gobierno conservador, fue dado por las
políticas que estaban en práctica en ese entonces, la cual respaldaba la
inversión extranjera, a pesar de manejar políticas proteccionistas. Este hecho
desprestigió al gobierno conservador frente a los trabajadores.
Uno de los hechos que marcó
y dio paso al derecho de sindicalizarse, fue en la zona bananera de Santa
Marta, la cual fue marcada por una anotación que queda como principal exponente
de la lucha sindical. Los trabajadores de la zona buscaban unas mejores
condiciones laborales, la llamada “masacre de las bananeras”. Dado que los
trabajadores habían entrado en huelga general, el gobierno conservador, del
entonces presidente Miguel Abadía Méndez, solo propinaba amenazas a los
trabajadores, mientras que el gobernador de Magdalena para solventar dicha
situación, propuso una entrevista con los obreros, entrevista que nunca llegó y
por el desespero de no conseguir una intervención por parte del gobierno,
estalló uno de los hechos más violentos y lamentables del país.
Este suceso recalca la
enemistad que enfrentaron a los industriales con los obreros, y que el furor
por entrar en una justa reivindicación de los derechos laborales, termina en
hechos trágicos, como se vino dando en estos años.
La entrada al poder de
Enrique Olaya Herrera, después de 44 años de hegemonía conservadora, dan fruto
a políticas enfocadas en otorgar derechos a los movimientos sindicales, así es,
que en 1931 con la ley 83, se reconoció por primera vez el derecho a
sindicalizarse en Colombia. Esta ley estableció, incompetentemente, un derecho
primordial al trabajador. Si bien fue importante para el inicio de
reconocimiento de derechos de los sindicatos, aún existía falta de garantías
para ejercerlo, y una escasa protección a los trabajadores sindicalizados, esto
daba por resultado el despido masivo de trabajadores organizados.
Cabe resumir que esta ley no
aspiró mucho a favorecer a los obreros, por lo que a su vez, los integrantes de
los movimientos obreros representaban una minoría en el grupo laboral de
Colombia. La protección a los sindicalistas en Colombia viene a darse en 1944 y
1945, donde se les otorga una protección legal, en las cuales se puede incluir:
el fuero sindical para los fundadores y miembros de las juntas directivas de
los sindicatos, la celebración de nuevos contratos de trabajo durante periodos
de huelga, y la prohibición del paralelismo sindical dentro de una misma
empresa.
Concluyendo lo expuesto, los procesos históricos que han destinado la
enemistad entre los sindicatos y el Estado colombiano han sido producto de las
defectuosas políticas económicas y sociales, que a su vez se deben a las crisis
que atravesó el país debido a ser un Estado mono-exportador [4], las cuales dan
un favorecimiento a las industrias extranjeras y un apoyo abnegado a ellas. Si
bien, las políticas emprendidas por los gobiernos conservadores dan inicio a
dicha enemistad, cabe recalcar, que las fallas legales y las pobres políticas
en defensa de los sindicatos y los vacíos legales que se han suscrito a las
organizaciones laborales en pro de unas mejoras en la calidad de vida del
trabajador, son una brecha que ha generado la violencia entre ellos dos, pues
la falta de regulación estatal a las actividades sindicales, la protección y el
apoyo de ellas, son el causante de las masacres generadas.
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